Tomar al padre
Ejercicio Sistémico: Tomar Responsabilidad y Sanar la Relación con el Padre
Los ejercicios sistémicos son prácticas o actividades diseñadas para explorar y abordar patrones, dinámicas o problemas en un sistema, como una familia, una organización o una comunidad. Estos ejercicios pueden involucrar visualizaciones, representaciones simbólicas, diálogos y otros métodos que ayudan a identificar y resolver bloqueos, conflictos o dificultades en el sistema.
En constelaciones familiares, por ejemplo, los ejercicios sistémicos pueden implicar la representación de diferentes miembros de la familia o la visualización de patrones ocultos en el sistema familiar para identificar y resolver conflictos o traumas no resueltos.
Liberación Emocional
Cuando el padre ocupa su lugar con responsabilidad y amor, los hijos aprendemos a ocupar nuestro propio lugar en la vida. De nuestro padre recibimos seguridad para triunfar. Papá es la autoridad, es firmeza, decisión y amparo.
De la energía del padre tomamos la fuerza para lograr lo que queremos, el buen uso de nuestras capacidades, la habilidad para pedir lo que se quiere y el éxito profesional. Con papá, tomamos toda aquella energía del mundo exterior, es la energía que nos hace ir hacia afuera, hacia el logro de nuestras metas, hacia los objetivos que nos trazamos en la vida; es esa energía que viene de nuestro padre la que nos ayuda a poner límites en todos los ámbitos de nuestra vida. Cuando solo tomamos a nuestra mamá, hay soledad y aislamiento.
Para este trabajo necesitas una persona o un cojín que pueda representar la figura del padre. Os colocáis uno enfrente del otro a unos dos o tres metros de distancia. El representante del padre no se debe mover y es importante que espere a que su hijo/a se le vaya acercando.
Si el hijo/a se siente bloqueado, se siente más grande que su padre o va muy rápidamente hacia el padre, deberá ponerse de rodillas, con la cabeza en el suelo, incluso quizás tumbado bocabajo, hasta poder acercarse y abrazarlo. Es crucial que el camino se recorra despacio y dejándose sentir cada uno de los pasos. El representante del padre puede extender los brazos, pero no ir hacia su hijo/a.
- A tener en cuenta, en el caso de que el hijo/a recueste su cabeza en el hombro derecho del padre, él entonces con firmeza y dulzura lo deberá alejar, puesto que el hombro derecho representa que el hijo/a se siente como un igual al padre y, por lo tanto, no lo está tomando, ni respetando la jerarquía.
- Por el contrario, cuando el hijo/a recueste su cabeza en el hombro izquierdo, espontáneamente está honrando a su padre.
- Una vez el hijo/a haya tomado a su padre, puede girar sobre sus propios pies y encaminarse hacia donde esté la representación de la vida. El padre puede bendecirlo en su camino hacia la vida.
La duración del ejercicio sistémico es mejor que no sobrepase los 10 minutos, si no se puede concluir o realizar el camino completo hasta tomar al padre, se puede retomar dejando pasar un mínimo de diez días. También es muy recomendable hacer seguidos los dos ejercicios sistémicos, el tomar al padre y el tomar a la madre. Son ejercicios muy potentes e importantes.
Tomar a los padres es un proceso largo de purificación, supone mucha renuncia del ego y es el punto de partida del desarrollo espiritual. Es muy útil repetir este ejercicio a menudo, dando cada vez nuevos pasos.

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